La Feria Real de Algeciras vivió ayer uno de los Domingos Rocieros más peculiares. Si uno se paseaba por las calles del parque Feria tenía la impresión de que aún no había comenzado la fiesta. Poca gente, muy poca.
Ahora bien, si uno de asomaba a una caseta la encontraba llena de público. ¿Qué pasaba? Pues que las elevadas temperaturas impusieron su ley y pasear ayer a pleno sol era como adentrarse en el desierto.
Pero no se engañe. El parque feria fue un bullicio en el día de ayer, como lo fue también en la primera noche del sábado al domingo. Algeciras tiene ganas de Feria, Algeciras tiene ganas de diversión.
El asfixiante calor del mediodía no detuvo a miles de personas deseosas de disfrutar del Recinto Ferial de un delicioso almuerzo con amigos y familiares y luego, en las casetas, vibrar con la música ambiente, el sonido de las orquestas y el sabor de un buen vino, una cerveza o ese rebutido a compartir entre los amigos. Eso sí, sobre las cuatro de la tarde, las calles del recinto estaban vacías y las casetas llenas. Mucho calor.
El público atendió a la invitación que un día antes realizó el alcalde, José Ignacio Landaluce, a los algecireños y a quienes visiten la feria venidos de otros lugares para que disfrutasen de la alegría que caracteriza nuestra fiesta, animando a todos a que esas celebraciones se hagan de manera responsable.
El primer toque de ambiente lo dieron, como cada año, los caballistas, en la calle Volantes, que comenzaron un año más a desfilar en jinetes que abarcaban todas las edades, desde veteranos de lo más experimentados hasta niños, casi bebés, a los que podía verse en sus monturas con su inseparable chupete.
Pero las grandes protagonistas, un año más, del Domingo por Sevillanas fueron las mujeres. Cientos y cientos de féminas acudieron al recinto ferial ataviadas con sus tradicionales trajes rocieros, dando la nota de imaginación, colorido y personalidad a esta imprescindible fiesta dentro del calendario de la Feria Real de Algeciras.
Lisos, de lunares, estampados, con torerita, con variados y trabajados complementos y con una inagotable variedad de tonos y colores, los vestidos de estas damas de la fiesta algecireña fueron la mayor atracción de una jornada marcada por el calor y el extraordinario ambiente. .
La aparente ausencia de incidencias, resultado, entre otras cosas, de la notable presencia policial, completó el esplendor de esta primera gran jornada de la feria, en la que lo que ya se vislumbró el sábado noche, con el Real repleto de gente para asistir al encendido oficial de las luces y procedentes de la extraordinaria. Y es que sea cual sea nuestra situación económica, nuestros avatares personales, pocos se privan de disfrutar en estos días de la fiesta por antonomasia del calendario algecireño.
También dentro de los actos de la Feria, la iglesia del Corpus Christi acogió la celebración de la Misa Rociera.
Todo esto ocurrió ayer domingo, pero la diversión comenzó el sábado, cuando los algecireños disfrutaron de la cabalgata anunciadora de la Feria Real más espectacular de todos los tiempos. Salió a las siete y media de la tarde hasta llegar a la rotonda del milenio a las once y media de la noche, para dar paso al encendido del Real.